Vamos, salta conmigo.
Vamos.
Vamos a esperar que cientos de
estrellas, brillantes, blancas, esplendidas en toda
la amplitud que nuestra imaginación permita,
se fusionen. Que sus rallos se entremezclen, repitiendo una y otra vez la misma
estrofa de luz.
Y esperemos que esa luz, sea
pura, fresca. Que licúe lo sucio y olorosamente seco de nuestro pasado. Que
derrita la vergüenza, los fracasos y derrumbe los podridos muros de nuestro
presente.
Vamos a esperar que millones de
gritos encerrados en nuestro interior, sean capaces de romper la coraza que nos
envuelve haciéndonos creer que nos conserva, prometiéndonos sabiduría y futuro
de sonrisas, amores y resultados, mientras que nos esconde la realidad de la
belleza, el espasmo de frescura que nos espera fuera, más allá. Fuera de
nosotros mismos, donde la realidad es tan liviana, que se escapa al menor soplo
de brisa; de aliento.
Seamos por fin el resultado de
lo nunca cosechado, pues nada que sea lo diseñado, ha de acompañar nuestro
paso.
Seamos, sin planificarnos.
Estemos, sin premeditarlo.
Vamos. Dame la mano y salta
conmigo. No existirá suelo alguno que limite nuestra libertad de exigir, que lo
que queremos es el vacio envolviendo nuestros cuerpos, hechos uno en la caída.
Desechos cada uno por nuestro lado.
Mírame mientras caemos. Que no
existirá realidad que perturbe nuestros anhelos, sino sueño perfecto creado por
nuestros ojos, cerrados al mundo. Abiertos en el nuestro. Entornados.
Enlaza tus dedos en los míos, y
déjate caer. Nos sostendremos con ellos, porque con ellos no habrá miedo,
soledad, ni angustia. Con ellos agarraremos fuerte lo que tenemos. Lo que
poseemos y nunca pedimos. Con ellos sujetaremos lo nuestro, lo tuyo.
Vamos, bésame. Fuerte,
en los labios; suave en los párpados. Y susúrrame. Susúrrame con aliento, tu
aliento. Cántame con silencio, atronador en el ruido, silencioso en el lamento.
Vamos, ven, caigamos.
Texto: Toño Diez.
Foto: Iván Arencibia Photography
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Fascinante.... realmente hermoso!!
ResponderEliminarGracias, Claudia. :)
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