Leyendo una belleza, se terminó con un triste nombre: Anónimo. Por lo que no
tuve por menos, que experimentar con una "mini-oda", para homenajear
el poema.
Ahí queda:
Oda
al poema anónimo
Qué lástima, cuando se llama
Anónimo,
mientras su creación, es Bella.
Quizá Desconocido/a, sea más propicio,
Quizá Desconocido/a, sea más propicio,
dejando la puerta abierta a Usurpado,
pareja en nombre a Pena.
De cualquier forma, la obra permanece,
sea o no de Nadie, Bella.
Permanece, aunque Nadie, sea Perenne.
Aunque Alguien, sea Olvidado.
Permanece, simplemente, porque es ella. Bella.
Permanece, aunque Nadie, sea Perenne.
Aunque Alguien, sea Olvidado.
Permanece, simplemente, porque es ella. Bella.
Sin embargo, no puedo evitar,
que el subnombre, que en mi mente queda,
sea el de Nadie. Y me da pena.
Casi tanta, que a olvidarme me lleva,
del poema.
Saludos y preciosas letras.
Toño Diez.
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